Allá donde tú entras
(Tamo gdje ti ulaziš)
Allá donde tú entras
Un arco triunfal invisible se levanta hasta el cielo
Allá donde los poderosos construyeron
Y hoy
Es un campo desnudo.
Su humildad descubren
(Smjernost svoju otkrivaju)
Su
humildad descubrimos partiendo el pan
Ofreciendo en la mesa comida hecha
con amor
La caza de las oscuras aguas del
pantano
De los remolinos claros de los ríos
Del azul marino
Frente a tu rostro fieles vienen con la esperanza
De que los reconocerás
Y hermanablemente contigo se sentarán a la mesa de roble
Festejándote hasta la madrugada
Hasta los primeros gallos
Con duras
Palabras
Apagando la sed
Caes cotidianamente
como un ciego
(Padaš danomice poput slijepca)
Caes cotidianamente como el ciego que busca su cruz,
Que en vano palpa. ¿Cuántas veces tropiezas,
vacilas, eliges caminos falsos. Para evocar,
para recordar algo, tener en cuenta, mirar hacia arriba
donde apenas un sendero está iluminado y las heridas en las
plantas de tus pies
se ven. Y presientes que no has sufrido en vano
en los días pasados, como ayer y antes; todo es lo mismo es
igual,
cómo te es en el paso siguiente hasta la tarde
hasta mañana como hasta siempre igualmente
espera.
El
baúl
(Škrinja)
El baúl. En cada uno de nosotros despierta esa curiosidad,
sea que guarde los tesoros usurpados en las lejanas Indias o
cartas
de amor de corazones fascinados por seres conocidos o
completamente
extraños o tan sólo una poca ropa pueblerina,
almendras, nueces y algún membrillo, higos secos ensartados
en cadena, separados por pequeñas hojas de laurel oloroso,
sulfurados
y espolvoreados con harina, todo según la sabida costumbre.
El baúl. Es más que una caja fuerte, caja, banco, cualquier
base de datos en una vasta serie de computadoras,
un lazo, un trenzado. Y, cuando huele a naftalina o a la
tierna lavándula
de la isla de Hvar que, al tocar las ventanas de la nariz,
se deshoja en cuentos centenarios, se desborda
en colores sin número, vacila en los matices de la lengua
croata que resuena de una costa a la otra, de una altura a la
otra altura, de un pueblo
al otro, en medio de la ciudad vieja y en el centro de la
ciudad nueva, por la
dura tierra, por el llano, por el campo. Por el algarrobo.
Por el naranjo. Por el granado, la granada… se revienta,
riega.
Solamente la abre la llamada de la cuidadosa mano de la
abuela,
madre, mujer. Se anuncia. El baúl.
Al subir
(Ispevši se)
Subiendo, arrodíllate
Humildemente a la sombra
(del viejo roble)
Conozco ese sentimiento
Esa cercanía
Seguridad
El abrazo del padre
Aquí todos nos dimos cuenta del significado de ser hijos
Cansados y orgullosos inclinábamos
Nuestra desafiante cabeza
Y esperábamos su pesada mano
Del
sueño pesado, profundo
(Iz sna teška, duboka)
Del sueño pesado, profundo. De las
pesadillas. Emerges cogiendo el aire, tragándolo todo. Aparece la luz, que en
ti se precipita. Feliz, tomas todas esas cargas, más fácil que la tromba de la
que vienes, nuevo para el amanecer. Te levantas, abres las ventanas, persianas,
abres los ojos, extiendes tus manos, abrazas al niñito que en la madrugada
cuidadosamente lleva de la mano a un anciano por el llano.
De
tanta luz sobre los techos.
De repente, te sientes feliz, porque,
después de todo,
estás enfrentando la blancura inocente del
comienzo. Y no te
extraña la pregunta delante el cielo
abierto, delante
del trono de los tronos:
¿Cómo
serán mis poemas con tanta blancura,
con
tanta luz?
No se extrañan ni el niño ni el anciano en
el camino.
¿Cuántas veces?
(Koliko puta)
¿Cuántas veces por estas escaleras he
entrado, vengo a esta
tumba. Si pudiera esas piedras levantar,
volverlas a su
posición inicial. Sus caras al cielo
voltear. Para que estén
como antes estaban. Para que aparezca un
tallo, alguna palabra
grabada, brillando,
pálida, por ese lado.
¿Quiénes son y de dónde vienen?, ¿a dónde
van mis ancestros?
No lo puedo entender ni después de tantas
visitas
este secreto, esta tumba.
Presiento, que un día me llamarán
Para que me una a ellos y para que
del otro lado
leamos lo tallado.
Quizás será lo mejor
(Možda će biti
najbolje)
Quizás lo mejor será bajar la bandera,
despedir
la tripulación, golpear la pesada puerta
de roble,
cerrarla con cerrojo. Pero ¿cómo terminar
con el pensamiento que me
amarra a esta región? Borrar las lápidas y
olivos y el mar, que siempre miran hacia arriba, bajo las vigas, bajo el cielo.
Atravesar algunos, hasta hoy inexistentes
y desconocidos caminos.
Y andar, andar, andar…
Desde esta lejanía ni siquiera sabes a
dónde te acercaras,
ves tan sólo nubes de polvo en el camino
que con persistencia abres.
Los animales salvajes sorprendidos se
detienen, sorprendidos observándote.
Solamente las abejas, entusiasmadas,
envueltas en aroma
de miel, miran la profundidad de las
flores.
La voz va hacia el sur.
Mensajero del sur.
En cuanto abandones esta ciudad y esta
región,
ellos empiezan a hablar por sí mismos en
la vetusta, olvidada,
lengua tuya. Convirtiéndose en una imagen
sublime. Así que
sólo Él se atreve de visitarlos. Y desde
entonces, reside aquí.
Contigo.
Cuando estás totalmente convencido
(Kada si posve uvjeren)
Cuando estás totalmente convencido de que
tus viejos sueños
se perciben en la cercanía recién cumplida
ya no te preocupas
de las llamadas supersticiosas. A los
temores los aleja
la imagen del sueño que desde hace poco
tiempo coincide con la
realidad. Y la antigua fortaleza
construida especialmente para las
noches de invierno en el lejano norte, de
repente se transforma en un día
de verano, en salvia y brezo, rosa
salvaje, granada, escaramujo...
que en otoño con las primeras lluvias se
romperán como un melón
en la sombra del verano, bajo la paz,
crecida en hiedra azul. Y tú de ninguna
manera te vas a preocupar de la partida
sino de los establos llenos del heno,
víveres y otras provisiones. La vendimia
te alegrará como alegraba a
tus predecesores. Y caerás al suelo de
bruces y de espalda
en los cerros, en los montones de trigo,
en las pilas de heno.
Así contento, siempre añorarás el amor,
roces, sus pupilas desde las altas ventanas
Desde las gruesas murallas que por ella de
nuevo lograste construir.
Crepúsculo
(Predvečer)
En el crepúsculo en los rápidos del río
descansaba mis manos
Con los remos y la corriente las dejaba
Que navegue hasta la desembocadura, en
medio de las islas entre las olas
En la tempestad en el viento del sur en la
mar quieta por algún mal tiempo
Que se familiarice. Toda clase de locuras
me caían en la mente
Como si hubiera pasado el día con las
pastoras; en aventuras.
Como si las hadas todo el día en sus
cabellos me mecieran.
Y no que trabajando en las quebradas,
hundido en los pantanos
Montones de tierra
salada uno sobre otro amontonara.
Me entrego a las aguas
Estoy rendido
Yo que he quebrado a Jesucristo en mí
Para pedir al crepúsculo
Que mañana
a mi lado se encuentre
Desde
la paz, desde el silencio
(Iz mira, iz tihoće)
Desde
la paz
Desde el silencio al mundo
Habla
Dios
En la noche oscura
Se esparcen las
estrellas
Y
brilla
El nuevo sol
Natividad
Señor
¿Qué haremos
Con nuestra oscuridad
En esta luz
que
surge
corre
de las manos
de los niños
de la mano
de Dios?
Frente al espejo
(Pred ogledalom)
*
Hablas del tiempo,
adviertes
Que es la hora, que es
la edad.
¿en qué hay que
influir?
¿Al qué medir el
destino?
*
En
aquel tiempo horrible
Creímos
Que
nunca le llegaría su fin
Soñábamos
que aquel período terminaría
Pero
su fin no podíamos palpar
Nos
desmoronaba
De
día en día
Nos
molía
Y
tejía
Y
en hebras pequeñas estiraba
*
Nunca
creíamos en aquel tiempo
Ni
siquiera pensábamos que él no tenía
fin
En
aquel tiempo soñábamos
Que
nosotros éramos su fin
Y
supimos ver el fin,
En
esa oscuridad
Prolongando
nuestra existencia
En
su falsa eternidad
*
¿Y?
¿Qué
eres tú?
¿Qué
viste?
¿Espejito?
¿Espejo?
cuello?
¿O rosas
En las que ya
Se anuncia
La primavera
A
Croacia
(U Hrvatsku)
Si vas
intencionalmente
te encontrarás
profundamente en
Croacia.
Entre el hierro
ingobernable
Que descubres
capa por capa
Tierra que en sí
reúne muchas personas
extraviadas.
Entre los techos
las golondrinas
traen
al sol
el color amarillo del
melón.
En mi estufa
esta noche descubres
el habla en el ardor
de las cosas antiguas
El sonido claro del
faro
Solitario
en una isla
abandonada.
En el patio
bajo la higuera
nunca alcanzamos
los frutos amarillos.
Con el iris en la grieta
del piso de piedra con
hormigas que salen
y siempre llevan la
carga con tanta seriedad
que nuestro ocio se
convierte en malestar
a causa de ese afán
que nos desnuda y
quita
la razón.
Croacia en el sur
(Hrvatska na jugu)
Que con el pasto crece
En los tallos
Con la cola de caballo
(planta comestible)-equiseto
Los grillos nocturnos
Una estrella
Brillante
Se anuncia
Ya
Y grana
Y madura
Con la iglesita
Que entre la hierba
crece
Cardo mariano o
cornejo
Mientras murmura el
rocío
Es tu canto
Una palabra sobre los pájaros
(Riječ o pticama)
Se trata de la palabra
Que está con nosotros
Que estaba
En el principio
En el mediodía
En la noche
Esa es la palabra
Que une
El río y el olivar y
los viñedos
Y que nunca se
esconderá
Detrás del cerro
Porque ella es
La que amanece antes
de los primeros gallos
Y la que buscan
Para que enmudezca
Y en los labios se
marchitará
Ella es ella
La palabra que le
habla
A los pájaros
De la colección poética El mensajero del sur/S juga glasnik
Traducción: Željka Lovrenčić
Sobre el autor:
Stjepan Šešelj nació el 16 de junio de 1947 en Podgradina, hoy parte de
Opuzen. Se graduó en derecho en la Universidad de Derecho en Zagreb. Escribe
poemas, dramas (para la radio y la televisión), prosa, reseñas literarias y
sobre pintura. Algunas de sus obras son: Škrapa
(La grieta, 1970), Očina (El gran
papá, 1977), Amerika Croatan Amerika
(América, Croatan América, mapa y libro poético-gráfico hecho junto con el
pintor Anton Cetin, 1988), Dulo (El
manantial, 1991), Škrapa Očina Dulo (La grieta, El gran papá, El
manantial, 1997), Hrvatska jest
(Croacia es 1997), S juga glasnik (Mensajero del
sur, 2006) etc. Ha
recibido muchos premios. Sus obras han sido presentadas en varias antologías y
libros de la historia de la literatura croata. (Ž.L.)