jueves, 5 de marzo de 2020

STJEPAN ŠEŠELJ: "QUINCE POEMAS" (TRADUCCIÓN AL CASTELLANO DE LA DRA. ZELJKA LOVRENCIC)








Allá donde tú entras
(Tamo gdje ti ulaziš)

Allá donde tú entras
Un arco triunfal invisible se levanta hasta el cielo
Allá donde los poderosos construyeron
Y hoy
Es un campo desnudo. 


Su humildad descubren
            (Smjernost svoju otkrivaju)

             Su humildad descubrimos partiendo el pan
            Ofreciendo en la mesa comida hecha con amor
            La caza de las oscuras aguas del pantano
De los remolinos claros de los ríos   
Del azul marino
Frente a tu rostro fieles vienen con la esperanza
De que los reconocerás
Y hermanablemente contigo se sentarán a la mesa de roble
Festejándote hasta la madrugada
Hasta los primeros gallos
Con duras
Palabras
Apagando la sed


Caes cotidianamente como un ciego
(Padaš danomice poput slijepca)

Caes cotidianamente como el ciego que busca su cruz,
Que en vano palpa. ¿Cuántas veces tropiezas,
vacilas, eliges caminos falsos. Para evocar,
para recordar algo, tener en cuenta, mirar hacia arriba
donde apenas un sendero está iluminado y las heridas en las plantas de tus pies
se ven. Y presientes que no has sufrido en vano
en los días pasados, como ayer y antes; todo es lo mismo es igual,
cómo te es en el paso siguiente hasta la tarde
hasta mañana como hasta siempre igualmente
 espera.    


El baúl   
(Škrinja)
    
El baúl. En cada uno de nosotros despierta esa curiosidad,
sea que guarde los tesoros usurpados en las lejanas Indias o cartas
de amor de corazones fascinados por seres conocidos o completamente
extraños o tan sólo una poca ropa pueblerina,
almendras, nueces y algún membrillo, higos secos ensartados
en cadena, separados por pequeñas hojas de laurel oloroso, sulfurados
y espolvoreados con harina, todo según la sabida costumbre.

El baúl. Es más que una caja fuerte, caja, banco, cualquier
base de datos en una vasta serie de computadoras,
un lazo, un trenzado. Y, cuando huele a naftalina o a la tierna lavándula
de la isla de Hvar que, al tocar las ventanas de la nariz,
se deshoja en cuentos centenarios, se desborda
en colores sin número, vacila en los matices de la lengua
croata que resuena de una costa a la otra, de una altura a la otra altura, de un pueblo
al otro, en medio de la ciudad vieja y en el centro de la ciudad nueva, por la
dura tierra, por el llano, por el campo. Por el algarrobo.
Por el naranjo. Por el granado, la granada… se revienta, riega.
Solamente la abre la llamada de la cuidadosa mano de la abuela,
madre, mujer. Se anuncia. El baúl.   


Al subir           
(Ispevši se) 

Subiendo, arrodíllate
Humildemente a la sombra
(del viejo roble)
Conozco ese sentimiento
Esa cercanía
Seguridad
El abrazo del padre
Aquí todos nos dimos cuenta del significado de ser hijos
Cansados y orgullosos inclinábamos
Nuestra desafiante cabeza 
Y esperábamos su pesada mano 


Del sueño pesado, profundo
(Iz sna teška, duboka)     
 
Del sueño pesado, profundo. De las pesadillas. Emerges cogiendo el aire, tragándolo todo. Aparece la luz, que en ti se precipita. Feliz, tomas todas esas cargas, más fácil que la tromba de la que vienes, nuevo para el amanecer. Te levantas, abres las ventanas, persianas, abres los ojos, extiendes tus manos, abrazas al niñito que en la madrugada cuidadosamente lleva de la mano a un anciano por el llano.
                        De tanta luz sobre los techos.
De repente, te sientes feliz, porque, después de todo,
estás enfrentando la blancura inocente del comienzo. Y no te
extraña la pregunta delante el cielo abierto, delante
del trono de los tronos:
            ¿Cómo serán mis poemas con tanta blancura,
                                   con tanta luz?
No se extrañan ni el niño ni el anciano en el camino.


¿Cuántas veces?
(Koliko puta)

¿Cuántas veces por estas escaleras he entrado, vengo a esta
tumba. Si pudiera esas piedras levantar, volverlas a su
posición inicial. Sus caras al cielo voltear. Para que estén
como antes estaban. Para que aparezca un tallo, alguna palabra
grabada, brillando,
pálida, por ese lado.

¿Quiénes son y de dónde vienen?, ¿a dónde van mis ancestros?

No lo puedo entender ni después de tantas visitas
este secreto, esta tumba. 
Presiento, que un día me llamarán
Para que me una a ellos y para que
del otro lado
leamos lo tallado.


Quizás será lo mejor
(Možda će biti najbolje)    

Quizás lo mejor será bajar la bandera, despedir
la tripulación, golpear la pesada puerta de roble,
cerrarla con cerrojo. Pero ¿cómo terminar con el pensamiento que me
amarra a esta región? Borrar las lápidas y olivos y el mar, que siempre miran hacia arriba, bajo las vigas, bajo el cielo.
Atravesar algunos, hasta hoy inexistentes y desconocidos caminos.
Y andar, andar, andar…
Desde esta lejanía ni siquiera sabes a dónde te acercaras,
ves tan sólo nubes de polvo en el camino que con persistencia abres.
Los animales salvajes sorprendidos se detienen, sorprendidos observándote.
Solamente las abejas, entusiasmadas, envueltas en aroma
de miel, miran la profundidad de las flores.
La voz va hacia el sur.
Mensajero del sur.
En cuanto abandones esta ciudad y esta región,
ellos empiezan a hablar por sí mismos en la vetusta, olvidada,
lengua tuya. Convirtiéndose en una imagen sublime. Así que
sólo Él se atreve de visitarlos. Y desde entonces, reside aquí.
Contigo.                       


Cuando estás totalmente convencido
(Kada si posve uvjeren)

Cuando estás totalmente convencido de que tus viejos sueños  
se perciben en la cercanía recién cumplida ya no te preocupas
de las llamadas supersticiosas. A los temores los aleja
la imagen del sueño que desde hace poco tiempo coincide con la
realidad. Y la antigua fortaleza construida especialmente para las
noches de invierno en el lejano norte, de repente se transforma en un día
de verano, en salvia y brezo, rosa salvaje, granada, escaramujo...
que en otoño con las primeras lluvias se romperán como un melón
en la sombra del verano, bajo la paz, crecida en hiedra azul. Y tú de ninguna
manera te vas a preocupar de la partida sino de los establos llenos del heno,
víveres y otras provisiones. La vendimia te alegrará como alegraba a
tus predecesores. Y caerás al suelo de bruces y de espalda
en los cerros, en los montones de trigo, en las pilas de heno.
Así contento, siempre añorarás el amor, roces, sus pupilas desde las altas ventanas
Desde las gruesas murallas que por ella de nuevo lograste construir.           

Crepúsculo
(Predvečer)

En el crepúsculo en los rápidos del río descansaba mis manos
Con los remos y la corriente las dejaba
Que navegue hasta la desembocadura, en medio de las islas entre las olas 
En la tempestad en el viento del sur en la mar quieta por algún mal tiempo
Que se familiarice. Toda clase de locuras me caían en la mente
Como si hubiera pasado el día con las pastoras; en aventuras.
Como si las hadas todo el día en sus cabellos me mecieran.
Y no que trabajando en las quebradas, hundido en los pantanos
Montones de tierra salada uno sobre otro amontonara.

Me entrego a las aguas
Estoy rendido
Yo que he quebrado a Jesucristo en mí
Para pedir al crepúsculo
Que mañana
a mi lado se encuentre         

Desde la paz, desde el silencio
(Iz mira, iz tihoće)

    Desde la paz
Desde el silencio al mundo
   Habla Dios

   En la noche oscura
Se esparcen las estrellas
    Y brilla
 El nuevo sol
   Natividad

    Señor
 ¿Qué haremos
Con nuestra oscuridad
En esta luz
  que
 surge
 corre
 de las manos
 de los niños
de la mano
de Dios?   


Frente al espejo
(Pred ogledalom)
*
Hablas del tiempo, adviertes
Que es la hora, que es la edad.
¿en qué hay que influir?
¿Al qué medir el destino?

*
En aquel tiempo horrible
Creímos
Que nunca le llegaría su fin
Soñábamos que aquel período terminaría
Pero su fin no podíamos palpar
Nos desmoronaba
De día en día
Nos molía
Y tejía
Y en hebras pequeñas estiraba

*
Nunca creíamos en aquel tiempo
Ni siquiera pensábamos que él no tenía fin
En aquel tiempo soñábamos
Que nosotros éramos su fin
Y supimos ver el fin,
En esa oscuridad
Prolongando nuestra existencia
En su falsa eternidad
*
¿Y?
¿Qué eres tú?
¿Qué viste?
¿Espejito?
¿Espejo?

cuello?
¿O rosas
En las que ya
Se anuncia

La primavera

A Croacia
(U Hrvatsku)

Si vas intencionalmente
te encontrarás profundamente en
Croacia.
Entre el hierro ingobernable
Que descubres
                        capa por capa
Tierra que en sí
reúne muchas personas
extraviadas.

Entre los techos
las golondrinas
traen
al sol
el color amarillo del melón.

En mi estufa
esta noche descubres
el habla en el ardor de las cosas antiguas
El sonido claro del faro
Solitario
en una isla abandonada.

En el patio
bajo la higuera
nunca alcanzamos
los frutos amarillos. Con el iris en la grieta
del piso de piedra con hormigas que salen
y siempre llevan la carga con tanta seriedad
que nuestro ocio se convierte en malestar
a causa de ese afán que nos desnuda y
quita
la razón.

Croacia en el sur
(Hrvatska na jugu)

Que con el pasto crece
En los tallos
Con la cola de caballo (planta comestible)-equiseto
Los grillos nocturnos

Una estrella
Brillante
Se anuncia
Ya
 Y grana
Y madura

Con la iglesita
Que entre la hierba crece
Cardo mariano o cornejo
Mientras murmura el rocío

Es tu canto


Una palabra sobre los pájaros
(Riječ o pticama)

Se trata de la palabra
Que está con nosotros
Que estaba
En el principio
En el mediodía
En la noche
Esa es la palabra
Que une
El río y el olivar y los viñedos
Y que nunca se esconderá
Detrás del cerro
Porque ella es
La que amanece antes de los primeros gallos
Y la que buscan
Para que enmudezca
Y en los labios se marchitará
Ella es ella
La palabra que le habla
A los pájaros

De la colección poética El mensajero del sur/S juga glasnik

       Traducción: Željka Lovrenčić  



Sobre el autor:

Stjepan Šešelj nació el 16 de junio de 1947 en Podgradina, hoy parte de Opuzen. Se graduó en derecho en la Universidad de Derecho en Zagreb. Escribe poemas, dramas (para la radio y la televisión), prosa, reseñas literarias y sobre pintura. Algunas de sus obras son: Škrapa (La grieta, 1970), Očina (El gran papá, 1977), Amerika Croatan Amerika (América, Croatan América, mapa y libro poético-gráfico hecho junto con el pintor Anton Cetin, 1988), Dulo (El manantial, 1991), Škrapa Očina Dulo (La grieta, El gran papá, El manantial, 1997), Hrvatska jest (Croacia es 1997), S juga glasnik (Mensajero del sur, 2006) etc. Ha recibido muchos premios. Sus obras han sido presentadas en varias antologías y libros de la historia de la literatura croata. (Ž.L.)





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