jueves, 13 de enero de 2022

VEINTE POEMAS DE STANKA GJURIC (TRADUCCIÓN DE ZELJKA LOVRENCIC)



 

Intención

(Namjera)

 

Me despierto temprano

para mirar a través de las rejas

a la mañana oscura.

Quizás podré doblar el metal, pasar con  

mi cuerpo por el estrecho pasaje, volar.

Allá, afuera, me espera un obstáculo

que no puedo y no quiero evitar:

un hombre hecho de convicción y de despecho.  

Está parado como segador

con mortal sonrisa amorosa  

en su rostro de encubierto sinvergüenza,

perseguido por un deseo que no puede saciar.

Yo vengo a disuadirlos;

conmigo, de mí misma;

a esos dos amigos inseparables,

compulsivos.

 

Esta noche

(Večeras)

 

Esta noche, a ti despierto,  

no te puedo sobrevivir.

Mi sueño es una ventana sin vista,

sombra en su insensible acuarela.

Ahora, todavía por un rato puedo recordar,

antes del naufragio,

antes de esa conjura pasajera;

cubrirme con sellos de besos discretos

con labios fuera del fuego.

 

Ciudad

(Grad)

 

Por fin tenemos una ciudad

como a la que temíamos en nuestros sueños:

jaula para las paredes destruidas

y sombras temblorosas.

Desde ya hace tiempo esperamos

tal hundimiento,

parecido a silencio festivo,

ensordecido por un olvido clamoroso,

parecido a arma pulida

de suicidas refinados.         

  

Clave

(Šifra)

 

Mi cuerpo se desprende de mí ser.

Quebrada, desganada aprendo a caminar

porque parece que es en vano.

Hace mucho tiempo salí de sí misma,

ya no me recuerdo.

Yo soy la clave,

tesoro sin llave,

quizás devastado.

No hay manera de conocerme,

de encontrarme ni por fuera, ni por adentro.

 

Alemania

(Njemačka)

 

Frente a mí un llano extraviado;

reconozco la mañana por el tacto.

Todos los rostros son manzanas verdes que como aguacero

caen sobre Zagreb,

golpes romos y blandos en la piedra estancada.       

En el sueño de mi padre se dibuja Alemania.

Aquí él es minero y no tiene prisa de ir a la casa de tibias entrañas;

sonríe desde el carbón ardiente.

Cuando digo “a casa” pienso en Zagreb,

pienso… en el sueño de mi padre  

se blanquea solamente Alemania. 

  

Inocente

(Nedužno)

 

Todo es inocentemente entregado a una tranquilidad despótica.

Quizás por ingenuidad, buenas intenciones,

esperanza innecesaria.

Entregado casi a una muerte,

rápida y violenta

como dedal de ardiente aguardiente 

que prolijamente corre por la garganta con la fuerza

de cuidadosamente previstos golpes.

Sobre nosotros está el toldo de las antiguas experiencias

y aquí está para protegernos, pensó, del presente.

 

Un paso adelante

(Iskorak) 

 

Salté el día como si se tratara de una cerca de alambre de púas.

Con miedo de herirme,

con alegría porque me encontraré del lado donde, comprendo,

 hay lugar para una carrera larga y agotadora,

a pesar del obstáculo siguiente, seguramente amenazador. 

Quizás arbustos fabulosos de temibles espinas  

o sogas irrompibles extendidas paralelas al cielo  

que tranquilamente indican a una aliviada y solitaria

olvidadiza calma.

   

Vigilias

(Bdijenja)

 

Qué todo dure poco tiempo;

y las llegadas y las salidas,

desfiles, discursos, farsas carnavalescas…

Que tan sólo continúen las vigilias proféticas

al lado de tu estrecha y pequeña cama  

cubierta con cobija porosa,

rodeada de campanas forjadas

que supuestamente te protegen del origen del silencio,

del vacío excesivo,

y donde tus ojos, sobre la consola con un trapecio,

ajustados con alfileres sobre una lámina de corcho 

como aquella donde se encuentra ensartada la foto

de tu perro,

en la desdeñada casa de un papel arrugado,

se privan de lo más querido,

para siempre, incondicionalmente.

        

Sin respiro

(Nedišući)

 

Desato la cansada serpiente de la piedra,

levanto el ancla, zarpo.

Navego totalmente sola.

No hay ni déspotas ni esclavitud.

Las máquinas respiran por mí,

cuando yo lo olvido.

El mundo exterior, absorto en sí mismo,

ya no me puede llamar,

esconderse en su cáscara rota.

Un día perdido, otro regalado,

pero tan sólo uno.

De nadie me voy, de ninguna parte vengo;

sola me despediré,

me recibiré, me empujaré al mar.

En una barca temblorosa y ardiente,

empapelada con el penacho de una capa

y agujitas rotas,

encontraré el veneno-serenidad

escarbando por mi herida,

curándola, sin respiro. 

 

Al amanecer

(U svitanje)

      

Se fueron y los últimos invitados;

sólo quedó el animal en medio del asfalto,

en la risa sardónica y en el grito.

Una sonrisa amarga le corre por la boca.

Bajo mi ventana ella es un hombre,

trovador por el que sacrifico mi sueño

en el amanecer de mayo.

Mientras en sus pensamientos todavía sigo

despierta y sosegada como el búho,

él se calla y llega a ser más silencioso que el alba

que amanece en nuestros ojos.   

 

La cruz

(Križ)

 

A unos cincuenta pasos, el alambre y una roca de cristal

me separan de los pájaros blancos que

frente a mí

se precipitan de los techos al abismo.

Desde la lejanía parecen

pequeños aviones de papel

que, lanzados hacia arriba,

ligeramente y sin dolor caen al suelo.

Haciendo con nuestros cuerpos una cruz,

mi perro y yo

en el mismo sillón,

esperando que el día nos cuadre

nos prepare para el infierno hirviente.

Lista para la creación,

con la cruz sobre el pecho,

me entrego a esa hazaña, aventura,

tan sólo tras despertar.   

 

Gente feliz

(Sretni ljudi)

 

Detrás de la negra pared de vidrio,

réplica del crematorio en el que limpiadoras por la noche

usan ciclón B como perfume

contra los parásitos incestuosos,

duerme la gente feliz.

No me molesta el traqueteo cotidiano del bus

que, aparcado bajo mi ventana, muy temprano en la mañana

espera su variada multitud de trotamundos,

porque siempre cuando me encuentro con estos incansables caminantes

por las acaloradas plazas,

pienso en los sabrosos caramelos de gelatina

en forma de luna creciente, espolvoreados con cristal de azúcar,

verdes, amarillos, violeta,

y sonrío hasta el mismo fondo de la bolsita

de estos dulces irresistibles y esto dura largo tiempo.

A veces, de paso,

estoy ligeramente rozada por su alegría,

como por mano infantil involuntariamente pintada

con el pastel dorado;

fácil y rápidamente lavable.   

      

 

Acercamiento sigiloso

(Prikradanje)

 

Mientras estás tendido de costado, 

Sigilosamente voy hacia el agua.

Fiera que sueña su sed.

Crueldad y preocupación

en este camino difícil,

porque quizás es mentira,

me llevan al despertar y a mi meta.

 

El cuerpo de la ciudad 

(Tijelo grada)

 

Me quito 

el pequeño cuerpo de la ciudad.

Dormir entre esa desnudez

se hace más fácil que morir,

lo que es tan sólo la privación de la sensualidad de la estrechez.

 

Juventud

(Mladost)

 

Mi cuerpo espera

que de cuchillos se llene el círculo.

Un instante antes de la caída de la sombra,

cuando la blancura se hace abismo.

Sólo que la sangre no me abandone

y me proteja la larga y soberbia juventud.  

 

Reconocimiento

(Prepoznavanje)

 

Encerrada en la imposibilidad,

yo no soy aquella a la que amo.

Con las entrañas hechas de misericordia,

más famosa que mi duda,

me reconozco sólo al gritar.  

 

Punto de apoyo

 (Uporište)

 

Bajo el grueso hielo

mi dolor no envejece.

Y por eso estoy aquí,

para mantenerlo flexible como entusiasmo,

más hábil que el juego.

Esto es todo lo que puedo o debo:

del lento cauce ser el apoyo.

 

Vuelo

(Let)

 

Con el lápiz en la mano a veces pareces un guerrero;

estás listo a morir después de tantos ataques.

Es raro vivir así

y estar rodeado de una felicidad indeseada,

de la persistencia de una luz superior,

en el momento cuando nada te es más sagrado

que la caída que es el vuelo inmortal.    

La palabra

(Riječ)

 

Hechizada, acepto en sí una única palabra.

Imposible de detener.

Conocida y al mismo tiempo tan extraña: pálida,

despreocupada y fácil cuando en ella no encuentras sentido

y apoyo, y fielmente misteriosa y audaz

en su mágica adhesión, curación;

cuando por lo menos imaginas que te es necesaria,

que sin ella es imposible.

Como oración repito a ese prolongado, 

con voluntario ascetismo marcado anhelo,

enredadera en mi alma.

 

A ella

(A mi madre)

(Njoj)

(Mojoj majci)

 

Pensaré en ti,

en tu rostro de lienzo renacentista,

en tus anhelantes ojos

mirando la lejanía,

en el momento en que tiembla una mano hábil

que de la manera maestral

con el pincelito pone el óleo caliente,

y el azul lo extiende con los dedos

imprimiendo el encaje de tus anhelos,

aplacado, fascinante

delante de la diosa,

cuando me haya ido.  

 

***     

Nunca fuiste más bella

y para mí serás más bella en el tiempo que está por venir,

aquel en el que todavía nadie te conoce;

tu tierna alma atravesada por el viento,

a la que nada hizo daño

y que sabe resistir

a la tempestad terrible

mientras mi fidelidad

te sigue desde lejos.

 

Traducción: Željka Lovrenčić 

 

Sobre la autora:   

Stanka Gjurić, poeta y ensayista croata, nació en Čakovec en el año 1956. Hace ya muchos años vive en Zagreb. Es miembro de la Sociedad de Escritores Croatas, de la Comunidad Croata de Artistas Independientes y de la Academia Croata de Ciencias y Artes en la diáspora y en su patria (Basilea, Suiza).

Es autora de veinte libros. También, ha publicado una cinta de audio, o sea, CD con sus versos y una colección de video poesía en el You Tube.

Debido a su intensa actividad artística, en el 2009 fue proclamada consejera croata de la Gira Mundial de Paz para los Niños (World Piece Tour 4 Children), con sede en Los Ángeles (Estados Unidos).

Es la autora de columnas en muchos diarios y semanarios croatas (Večernji list/Periódico Vespertino, Slobodna Dalmacija/La Dalmacia Libre) etc.).

En el año 2006 empezó a trabajar en la dirección de cine. Como autora de películas libre e independiente, con sus obras de las cuales la más conocida es “Pensamientos que matan”,  participa en numerosos festivales de cine alrededor del mundo donde ha ganado muchos premios. (Ž.L.

 

domingo, 9 de enero de 2022

POEMAS DE DIANA BURAZER (TRADUCCIÓN DE ZELJKA LOVRENCIC)

 



Retrato inconcluso

(Nedovršeni portret)

 

                                                (al hijo nonato, Felipe)

 

Te asigné localidades

en las que puedes estar.

 

Inventé y reglas

por las que puedes crecer.

 

Escribí versos

en los que te me puedes acercar.

 

Construí la casa

en la que podemos encontrarnos

lo suficientemente lejana

que no nos asuste.

 

Solamente desconozco

la manera

en la que nos vamos a querer.

 

La concha

(Školjka)

 

Se arrincona en lo más profundo de su coraza

cuando

de la profundidad

la tira el mar

la arrastra la ola

y la pone al borde del mundo.

 

Rápido cierra todos los orificios,

conecta el programa extremo de salvación,

apaga los sentidos menos necesarios:

                        no tiene que verlo todo

                        ni tiene que saberlo todo.

Difícilmente se lleva con el montón de sonidos desconocidos.

Respira corto,

vuelve el oído hacia el mar abierto,

por si acaso,

 

quizás

encuentre

un buque transatlántico. 

 

(De la antología poética “Druga kuća”/” La otra casa”)

 

La naranja (o poema al amor)

(Naranča /ili pjesma o ljubavi/)     

                            

 Madura y grande, la tomo en mi mano izquierda.

Con la derecha la acaricio,

con el dedo índice toco casi cada arruga

Empalmes

en los que habita su tristeza endurecida

siempre me sorprenden con su tamaño.

Con la uña hago la primera picadura.

No pone mayor resistencia

ni protesta.

En silencio con una lágrima amarilla

una y otra aceptamos el proceso

desagradable que nos sigue y

señalamos el comienzo.

Luego todo sigue corriente:

le desnudo un hombro,

luego el otro.

Sigue la cintura.

 

Pronto, totalmente desnuda

en una transparente delgada camisa

tiembla frente a nuestros ojos.

 

Anda, divídela, parece buena –

dices esperando en una distancia de la que

todo parece bueno.

Prolongo los últimos movimientos al desnudarla

porque sé que cuando la desnude y divida totalmente

será difícil mantener

hasta el recuerdo

de la belleza de su totalidad.

 

Banderas

(Zastave)

 

Es triste la valentía de los abanderados en la guerra

en las manos

en vez de armas

llevan la bandera

por la que, le han dicho, hasta vale la pena morir.

Generalmente es muy joven para entenderlo todo,

pero la confianza de muchacho y el entusiasmo son suficientes

para el acto mismo de portarla.

 

Sin embargo, soñaba que cabalga sobre un caballo,

manejaba un tanque,

atacaba con el fusil.

Debido a la multitud en el campo de batalla y los gritos de guerra

de ambas partes ya no estaba seguro de nada.

Y tampoco tiene tiempo para pensar.

Tan sólo ataca apretando hasta el dolor

su herramienta

de madera

estéril.

De vez en cuando, gritando los apenas aprendidos eslóganes     

alimenta su valentía rendida.

 

En el amplio, de hace poco verde prado,

su muerte es

casi fútil.

La bandera que llevaba ya mañana será

pisoteada o quemada en algún lugar de cualquier ciudad.

Las medallas las reciben siempre otros.

De los muchachos abanderados,

igual que de aquellos

que llevan el agua a los sedientos

nadie se acuerda.

 

   El cubo

   (Kocka)

 

En lo helado

de vidrio,

en el de vidrio

de cristal,

en el de cristal

de azúcar,

en el de azúcar

envuelta

como la joya más valiosa

alegría

que todos los días

pongo en el café matutino.

Que tomo de un sorbo.

 

Sorprende

la facilidad

con que me creen.

 

(Del libro “Manzanas Celestiales”/” Nebeske jabuke”)    

 

He comprado un cerro

(Kupila sam brdo)

 

He comprado un cerro.

No la casa –

la casa tiene paredes, techo

calor, familia.

 

He comprado un cerro.

No un bosque –

el bosque tiene grandes árboles,

un sol cubierto de ramajes

de la sombra frondosa, seguridad.

 

He comprado un cerro.

No un prado –

el prado es plano,

de verde sencillo;

el cielo se ha hundido en él.

 

¿Qué haré con el cerro?

 

Estoy parada en su cima

me vuelvo a todos lados.

 

Todo,

todo es posible – me dice

el creador eterno

sin ninguna herramienta ni tiempo disponible.

Y agrega –

solamente sí sabes por qué compraste el cerro.

 

Bueno – digo conciliador:

soy pintor

y no, no lo soy,

soy poeta

y no lo soy.

 

El soñador

que ha comprado el cerro –

sí, si lo soy.     

 

La lámpara de los mineros

(Rudarska svjetiljka)

 

Desapareció el deseo de investigar

las cosas

acontecimientos

movimientos.

Sí doy una ojeada por debajo,

de lado,

en lo profundo

o me traslado, 

quizás todo será diferente.

 

Pero hay que tener tiempo

para una vida más.

 

Fuera de nuestra voluntad

se reorganizan acontecimientos conocidos

un nuevo orden y sentido.

Muñecas sin caras

apenas vestidas 

pasan por un túnel estrecho y oscuro,

se voltean

buscan una mano

el bastón blanco.

 

Estoy casi segura

que no hay necesidad de esa luz enorme,

para una vista impecable.

Cuando todo falle completamente

será suficiente una pequeña lámpara en mi frente.

Para los dos.

 

El tiempo lo ocupa todo

(Vrijeme sve zaposjedne)

              

Como un coleccionista aficionado

el tiempo

cada rato trae algo,

depone cargas en nuestros días,

años. 

 

El espacio a nuestro alrededor se pone 

colmado de cosas,

sus sombras,

sombras de sus sombras.

 

Sobre los bordes afilados

formas inexistentes

se rompen irregulares.

 

Pegadas a la pared se parecen

a los seres espaciales

en el observatorio

que nos amenazan con la ejecución.

 

Abro la ventana.

 

Las sombras se retiran

a los rincones más oscuros de la pieza,

en el centro

una enorme luz mata a los monstruos restantes,

a los más valientes.

 

De nosotros nada se pide.

Solamente estemos

como recipientes del tiempo,

como calendarios anuales

en los cuales todo está apuntado

en caso de que hayamos olvidado

y aquello

que no queríamos.

  

  

(De la antología poética “Nebeske jabuke/”Las manzanas celestiales”)

 

Contra la televisión

(Protiv televizije)

 

El rápido comercio de la guerra, el hambre,

reconciliación, abundancia.

Las noticias viajan.

 

Con algunas frases sencillas,

Con un suspiro débil y vacío,

los políticos se deshacen de la culpa,

los guardias cuidan el Titanic dormido

en el fondo del mar.

Las noticias viajan.

 

La tardía novedad sobre el descubrimiento

de la medicina contra una enfermedad mortal

solamente entristece a un padre

que por fin tiene

el momento triste de nuestra atención.

 

Esquiadores hábiles en la negra pista

valientes boxeadores en la pelea

en las tribunas la canción, las banderas y la sangre.

Las noticias viajan.

 

La única tierra de que dispongo

está crucificada sobre la pantalla

calladamente soporta las clavadas nubes  

que amenazan con tempestad.

 

El día de mañana

entro en irrazonables disputas

pronuncio frases ajenas.

 

EL mundo que es mío,

y el mundo que no es mío,

juntos en esa caja fatal

varios días luchan

entre la vida y la muerte.

 

Y de mí

ninguna ayuda.

 

Búsqueda

(Potraga)

 

Todo empieza por abrir la ventana.

Primero, nos dejan los ojos;

tras ellos los objetos

del recuerdo.

 

La casa vaciada

llega a ser

jaula con un pájaro.

¡Por poco tiempo!

        

 En el prado se acostaron las estrellas,

todo el cielo.

Un universo seductor

negando el sentimiento de culpa

por haber abandonado a alguien.

 

Según la enseñanza de los nómadas

levantamos la carpa

prendemos pequeños fuegos 

hacemos la cama a la entrada.

Toda la noche enviamos

señales de humo  

hacia ajenos exilios voluntarios

convencidos que así empieza

la búsqueda de sí mismo.

 

La isla, en invierno

(Otok, zimi)

 

Ya hace días te preparas:

suéter caliente, paraguas,

un libro de cuentos cortos.

Te reorganizas por dentro,

aprendes, siempre de nuevo,

el orden inverso,

una corta inmigración.

 

Y llegas preparado

para la red del mar y del viento

en la que alegremente,

serás envuelto.

 

¡Te espera el bien conocido paisaje horizontal!

Como sea,

llevas tu cámara y encuadras:

en la pared en Podloža[1] el alcaparro en flor;

la iglesia ha renovado el campanario;

en la costa las sardinas de ojos tristes;

bajo impermeables transparentes

los turistas perdidos.

 

La maleta

que no fue desempacada

ya espera en el corredor.

 

En este tiempo prestado

no dejamos nada

para siempre.            

 

El anciano y el mar

(Starac i more)

 

En los párpados barcos dormidos,

enrollados en el regazo,

en una corteza de pan,

el resto de la merienda,

descansan las manos secas

de la pena

del pescador y peón.

Tormento

 

En la costa

un turista solitario

presiente la lluvia,

apenas llegados los periódicos al quiosco

traen noticias de todo el mundo,

barcos ajenos zarpan…

 

Tiene que haber algo

entre el cuerpo anclado en la silla

y el mar ventoso, la navegación. 

¡Tiene que existir!

 

El desacuerdo entre

tus dedos y la vista

te ofrecen tan sólo inquietud.

 

Y un intranquilo sueño en la tarde.

 

El sueño

(San)

 

A menudo sueño

como ando por el borde

derecho

sin posibilidad de retiro

o desvío.    

 

Y la caída

bajando las escaleras

altas

empinadas

sueño.

 

¡Pero nunca los golpes!

¡Nunca el dolor!

 

Tiendo a creer que las madres

se reencarnan en ángeles

y que ellas justamente nos mantienen

alejados de los diez centímetros de salvación

de la realidad.

 

Restauración

(Restauriranje)

 

Por largo tiempo expuesta a una luz muy fuerte

demasiado tiempo encerrado en el calor amoroso

la escena,

cubierta por tu mano,

palidece.

 

Sabiamente tomo el pincel

pongo más color

agrego el rubor a la muchacha.

Dibujo también la sonrisa

de la que estoy segura

que al principio existió

en su bellísimo original,   

 

y que todavía se encuentra

bajo la capa de pintura

que durante años agregábamos como aficionados.

 

Del ciclo “Pequeños escritos sobre:  Las grandes palabras” (libro “Las manzanas celestiales “)  

 

Soledad

(Samoća)

 

Al comienzo,

cada día

practicábamos despedidas,

primero, pequeñas,

cortas,

para que no le duela a nadie.

 

Más tarde se movieron

mecanismos interiores secretos

para la rápida y exitosa separación,

el abandono.

 

Parece que vivimos más sencillamente,

el pasado es otro estado

que no nos obliga

a nada.

 

De vez en cuando examinamos

la pesadez de nuestra soledad

midiéndola persistentemente

por todo lo que ya no existe.   

 

La enfermedad

(Bolest)

 

En la isla de la crueldad

lejos de la tierra firme y segura,

lejos de las palabras existentes

y aquellas que todavía no han sido inventadas,

silencio

paciente

inseguro

 

trata la enfermedad.

 

La lleva por largos corredores verdes

roza los labios

de aquellos de los cuales se esperan las palabras,

y de aquellos que esperan que sean pronunciadas.

El silencio es sabio predecesor

de un posible diálogo.     

 

La verdad

arrinconada

habla un idioma diferente

en cualquier otro tiempo

en el que ninguno de los presentes ya no vive.

 

Sola,

y necesaria para pocos,

se apaga en los márgenes de la eternidad.

 

Valentía

(Hrabrost)

 

Aquella verdadera, es silenciosa y no planeada.

Como un abrigo azul, se agita en los hombros apenas levantados. La valentía es solitaria en su conquista.

No acepta la manada. ¡Ser valiente en montón – no es valentía alguna!

Gritar, manotear (o, Dios- me -libre blandir un arma) en una ciudad tranquila es tan sólo la triste incapacidad de sobrevivir de manera diferente.

 

La verdadera valentía no es completamente consciente de su misión ni de las malas consecuencias que trae para su portador.

Todo lo demás son tan sólo sus pálidas variantes. Y ellas, lamentablemente con mucha frecuencia, de manera inadvertida ponen bajo su control su significado original; presumen de sus méritos, llevan sus órdenes e, inmerecidamente, esperan honor y celebración.      

 

Nota sobre la autora

   

Diana Burazer nació en Zagreb el 23 de octubre de 1953. Se educó en Pleternica y Ljubuški (Bosna y Herzegovina) donde terminó el liceo. Se graduó en matemática teórica en la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de Zagreb. 

Desde el 1977 hasta el 1992 vivió y trabajó en Mostar donde fue uno de los iniciadores de las actividades de la institución Juventud literaria y de las publicaciones para la juventud (biblioteca Idem / Voy). Desde el año 1992 vive y trabaja en Zagreb. 

Su poesía se presenta en numerosas antologías.

Sus poemas han sido traducidos al francés, inglés, alemán, noruego, español, polaco, ruteno, ruso, búlgaro, ucraniano, macedonio y esloveno.

En el 2007 sus poemas elegidos y traducidos al español por Željka Lovrenčić han sido incluidos en la antología poética Puentes. Poesía Croata: Diez poetas contemporáneos croatas (Mostovi. Hrvatska poezija: deset suvremenih hrvatskih pjesnika) que editaron la Sociedad de Escritores Croatas y la casa editorial boliviana Correveidile. También, en el 2011 con sus diez poemas fue incluida en la selección de la poesía croata contemporánea Bajo la ceniza del antiguo fuego (Guadalajara, México, traducción de Željka Lovrenčić).   

Es miembro de La Sociedad de Escritores Croatas, de la Sociedad de Escritores de Bosnia y Herzegovina y del PEN croata.

 

 Ha publicado siguientes antologías poéticas:

Nesvanjivo (Sin amanecer, Sarajevo: “Svjetlost” / “Luz”, 1974),

Četvrti zid (La cuarta pared, Sarajevo: “Književna omladina” / “La juventud literaria”, 1984),

Na odmorištu između dva svijeta (En el descanso entre dos mundos, Zagreb: “MD”, 1994),

Druga kuća (La otra casa, Zagreb: “Jutro poezije” / “La mañana de la poesía”, 2003),

Izvan zaklona (Fuera del refugio, Priboj: las poesías escogidas y publicadas en la biblioteca Manualis Labor, 2007). 

Naranča (La naranja, Zagreb: “Fidipid”, 2008).

Nebeske jabuke (Las manzanas celestiales, Zagreb: “Fidipid”, 2018)

 

Los libros La otra casa y La naranja estaban entre los cinco mejores libros para el Premio anual del mejor libro de poesía en Croacia Tin Ujević.

 

Sus libros publicados en otras lenguas:

 

Портокал и друга куќа (Naranča i druga kuća / La naranja y La otra casa) – selección de la poesía en la lengua macedonia, Skopje: “Makavej”, 2012)

Зимни Портокали (Zimske naranče / Las naranjas invernales) selección de la poesía en la lengua búlgara, Varna: Academia Eslavena, 2013

Час, який нам залишається (Vrijeme koje nam preostaje / El tiempo que nos queda)     selección de la poesía en la lengua ucrania Luck (2015)

 

Premios y reconocimientos:

Antun Branko Šimić – premio para los poetas jóvenes, Drenovci, Bosnia y Herzegovina, 1970

Slovo Gorčina – el premio (el primero desde que existe) para los poetas jóvenes, Stolac, Bosnia y Herzegovina, 1972 

Goranovo proljeće / La primavera de Goran – premio para los poetas jóvenes, Zagreb, 1974

Josip Sever – premio para el mejor manuscrito poético: Druga kuća / La otra casa, Zagreb, 2003

Srebrno leteće pero / La plateada pluma volante – premio internacional por la obra poética en general, Festival de Poesía „Abrazo eslavo“, Varna (Bulgaria), 2011 (Ž.L.).     



[1] Podloža – la plaza en Stari Grad ( Ciudad Vieja) en la isla de Hvar (N. de la A).

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