Intención
(Namjera)
Me despierto temprano
para mirar a través de las rejas
a la mañana oscura.
Quizás podré doblar el metal, pasar con
mi cuerpo por el estrecho pasaje, volar.
Allá, afuera, me espera un obstáculo
que no puedo y no quiero evitar:
un hombre hecho de convicción y de
despecho.
Está parado como segador
con mortal sonrisa amorosa
en su rostro de encubierto sinvergüenza,
perseguido por un deseo que no puede
saciar.
Yo vengo a disuadirlos;
conmigo, de mí misma;
a esos dos amigos inseparables,
compulsivos.
Esta
noche
(Večeras)
Esta noche, a ti despierto,
no te puedo sobrevivir.
Mi sueño es una ventana sin vista,
sombra en su insensible acuarela.
Ahora, todavía por un rato puedo recordar,
antes del naufragio,
antes de esa conjura pasajera;
cubrirme con sellos de besos discretos
con labios fuera del fuego.
Ciudad
(Grad)
Por fin tenemos una ciudad
como a la que temíamos en nuestros sueños:
jaula para las paredes destruidas
y sombras temblorosas.
Desde ya hace tiempo esperamos
tal hundimiento,
parecido a silencio festivo,
ensordecido por un olvido clamoroso,
parecido a arma pulida
de suicidas refinados.
Clave
(Šifra)
Mi cuerpo se desprende de mí ser.
Quebrada, desganada aprendo a caminar
porque parece que es en vano.
Hace mucho tiempo salí de sí misma,
ya no me recuerdo.
Yo soy la clave,
tesoro sin llave,
quizás devastado.
No hay manera de conocerme,
de encontrarme ni por fuera, ni por
adentro.
Alemania
(Njemačka)
Frente a mí un llano extraviado;
reconozco la mañana por el tacto.
Todos los rostros son manzanas verdes que
como aguacero
caen sobre Zagreb,
golpes romos y blandos en la piedra
estancada.
En el sueño de mi padre se dibuja
Alemania.
Aquí él es minero y no tiene prisa de ir a
la casa de tibias entrañas;
sonríe desde el carbón ardiente.
Cuando digo “a casa” pienso en Zagreb,
pienso… en el sueño de mi padre
se blanquea solamente Alemania.
Inocente
(Nedužno)
Todo es inocentemente entregado a una
tranquilidad despótica.
Quizás por ingenuidad, buenas intenciones,
esperanza innecesaria.
Entregado casi a una muerte,
rápida y violenta
como dedal de ardiente aguardiente
que prolijamente corre por la garganta con
la fuerza
de cuidadosamente previstos golpes.
Sobre nosotros está el toldo de las
antiguas experiencias
y aquí está para protegernos, pensó, del
presente.
Un
paso adelante
(Iskorak)
Salté el día como si se tratara de una
cerca de alambre de púas.
Con miedo de herirme,
con alegría porque me encontraré del lado
donde, comprendo,
hay
lugar para una carrera larga y agotadora,
a pesar del obstáculo siguiente, seguramente
amenazador.
Quizás arbustos fabulosos de temibles
espinas
o sogas irrompibles extendidas paralelas
al cielo
que tranquilamente indican a una aliviada
y solitaria
olvidadiza calma.
Vigilias
(Bdijenja)
Qué todo dure poco tiempo;
y las llegadas y las salidas,
desfiles, discursos, farsas carnavalescas…
Que tan sólo continúen las vigilias proféticas
al lado de tu estrecha y pequeña cama
cubierta con cobija porosa,
rodeada de campanas forjadas
que supuestamente te protegen del origen
del silencio,
del vacío excesivo,
y donde tus ojos, sobre la consola con un
trapecio,
ajustados con alfileres sobre una lámina
de corcho
como aquella donde se encuentra ensartada
la foto
de tu perro,
en la desdeñada casa de un papel arrugado,
se privan de lo más querido,
para siempre, incondicionalmente.
Sin
respiro
(Nedišući)
Desato la cansada serpiente de la piedra,
levanto el ancla, zarpo.
Navego totalmente sola.
No hay ni déspotas ni esclavitud.
Las máquinas respiran por mí,
cuando yo lo olvido.
El mundo exterior, absorto en sí mismo,
ya no me puede llamar,
esconderse en su cáscara rota.
Un día perdido, otro regalado,
pero tan sólo uno.
De nadie me voy, de ninguna parte vengo;
sola me despediré,
me recibiré, me empujaré al mar.
En una barca temblorosa y ardiente,
empapelada con el penacho de una capa
y agujitas rotas,
encontraré el veneno-serenidad
escarbando por mi herida,
curándola, sin respiro.
Al
amanecer
(U svitanje)
Se fueron y los últimos invitados;
sólo quedó el animal en medio del asfalto,
en la risa sardónica y en el grito.
Una sonrisa amarga le corre por la boca.
Bajo mi ventana ella es un hombre,
trovador por el que sacrifico mi sueño
en el amanecer de mayo.
Mientras en sus pensamientos todavía sigo
despierta y sosegada como el búho,
él se calla y llega a ser más silencioso
que el alba
que amanece en nuestros ojos.
La
cruz
(Križ)
A unos cincuenta pasos, el alambre y una
roca de cristal
me separan de los pájaros blancos que
frente a mí
se precipitan de los techos al abismo.
Desde la lejanía parecen
pequeños aviones de papel
que, lanzados hacia arriba,
ligeramente y sin dolor caen al suelo.
Haciendo con nuestros cuerpos una cruz,
mi perro y yo
en el mismo sillón,
esperando que el día nos cuadre
nos prepare para el infierno hirviente.
Lista para la creación,
con la cruz sobre el pecho,
me entrego a esa hazaña, aventura,
tan sólo tras despertar.
Gente
feliz
(Sretni ljudi)
Detrás de la negra pared de vidrio,
réplica del crematorio en el que
limpiadoras por la noche
usan ciclón B como perfume
contra los parásitos incestuosos,
duerme la gente feliz.
No me molesta el traqueteo cotidiano del
bus
que, aparcado bajo mi ventana, muy
temprano en la mañana
espera su variada multitud de trotamundos,
porque siempre cuando me encuentro con
estos incansables caminantes
por las acaloradas plazas,
pienso en los sabrosos caramelos de
gelatina
en forma de luna creciente, espolvoreados
con cristal de azúcar,
verdes, amarillos, violeta,
y sonrío hasta el mismo fondo de la
bolsita
de estos dulces irresistibles y esto dura
largo tiempo.
A veces, de paso,
estoy ligeramente rozada por su alegría,
como por mano infantil involuntariamente
pintada
con el pastel dorado;
fácil y rápidamente lavable.
Acercamiento
sigiloso
(Prikradanje)
Mientras estás tendido de costado,
Sigilosamente voy hacia el agua.
Fiera que sueña su sed.
Crueldad y preocupación
en este camino difícil,
porque quizás es mentira,
me llevan al despertar y a mi meta.
El
cuerpo de la ciudad
(Tijelo grada)
Me quito
el pequeño cuerpo de la ciudad.
Dormir entre esa desnudez
se hace más fácil que morir,
lo que es tan sólo la privación de la
sensualidad de la estrechez.
Juventud
(Mladost)
Mi cuerpo espera
que de cuchillos se llene el círculo.
Un instante antes de la caída de la
sombra,
cuando la blancura se hace abismo.
Sólo que la sangre no me abandone
y me proteja la larga y soberbia
juventud.
Reconocimiento
(Prepoznavanje)
Encerrada en la imposibilidad,
yo no soy aquella a la que amo.
Con las entrañas hechas de misericordia,
más famosa que mi duda,
me reconozco sólo al gritar.
Punto
de apoyo
(Uporište)
Bajo el grueso hielo
mi dolor no envejece.
Y por eso estoy aquí,
para mantenerlo flexible como entusiasmo,
más hábil que el juego.
Esto es todo lo que puedo o debo:
del lento cauce ser el apoyo.
Vuelo
(Let)
Con el lápiz en la mano a veces pareces un
guerrero;
estás listo a morir después de tantos
ataques.
Es raro vivir así
y estar rodeado de una felicidad
indeseada,
de la persistencia de una luz superior,
en el momento cuando nada te es más
sagrado
que la caída que es el vuelo
inmortal.
La
palabra
(Riječ)
Hechizada, acepto en sí una única palabra.
Imposible de detener.
Conocida y al mismo tiempo tan extraña:
pálida,
despreocupada y fácil cuando en ella no
encuentras sentido
y apoyo, y fielmente misteriosa y audaz
en su mágica adhesión, curación;
cuando por lo menos imaginas que te es
necesaria,
que sin ella es imposible.
Como oración repito a ese prolongado,
con voluntario ascetismo marcado anhelo,
enredadera en mi alma.
A
ella
(A
mi madre)
(Njoj)
(Mojoj
majci)
Pensaré en ti,
en tu rostro de lienzo renacentista,
en tus anhelantes ojos
mirando la lejanía,
en el momento en que tiembla una mano
hábil
que de la manera maestral
con el pincelito pone el óleo caliente,
y el azul lo extiende con los dedos
imprimiendo el encaje de tus anhelos,
aplacado, fascinante
delante de la diosa,
cuando me haya ido.
***
Nunca fuiste más bella
y para mí serás más bella en el tiempo que
está por venir,
aquel en el que todavía nadie te conoce;
tu tierna alma atravesada por el viento,
a la que nada hizo daño
y que sabe resistir
a la tempestad terrible
mientras mi fidelidad
te sigue desde lejos.
Traducción: Željka Lovrenčić
Sobre la autora:
Stanka Gjurić,
poeta y ensayista croata, nació en Čakovec en el año 1956. Hace ya muchos años
vive en Zagreb. Es miembro de la Sociedad de Escritores Croatas, de la
Comunidad Croata de Artistas Independientes y de la Academia Croata de Ciencias
y Artes en la diáspora y en su patria (Basilea, Suiza).
Es autora de
veinte libros. También, ha publicado una cinta de audio, o sea, CD con sus
versos y una colección de video poesía en el You Tube.
Debido a su
intensa actividad artística, en el 2009 fue proclamada consejera croata de la
Gira Mundial de Paz para los Niños (World Piece Tour 4 Children), con sede en
Los Ángeles (Estados Unidos).
Es la autora de
columnas en muchos diarios y semanarios croatas (Večernji list/Periódico
Vespertino, Slobodna Dalmacija/La Dalmacia Libre) etc.).
En el año 2006
empezó a trabajar en la dirección de cine. Como autora de películas libre e
independiente, con sus obras de las cuales la más conocida es “Pensamientos que
matan”, participa en numerosos
festivales de cine alrededor del mundo donde ha ganado muchos premios. (Ž.L.)
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