Traducción: Željka Lovrenčić
Mate Ganza nació el 15 de octubre del 1936 en Brštanovo, cerca de Split. Editó su primera colección de poemas en el año 1962; después de aquel ha publicado varios libros de poesía reconocidos y premiados. Trabajó como periodista, dramaturgo y redactor en la Radio y Televisión Croata. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, alemán, italiano, japonés y otras lenguas. En el 1965 recibió el Premio Mladost (Juventud) por la colección Trg dobre smrti (La plaza de la buena muerte) y en el 1993 el Premio Tin Ujević por la colección Knjiga bdijenja (El libro de la velada) que otorga la Sociedad de Escritores Croatas. En el año 2005 recibió Premio August Šenoa por el libro Most s putnikom (El puente con el viajero), y el Premio Josip Sever por el libro Hvatanje sjena (La captura de las sombras). Es autor de más de una docena de colecciones de poesía. Actualmente es redactor en jefe de la Pequeña Biblioteca de la Sociedad de Escritores Croatas. Ž. L.
EL LAGO EN LA GARGANTA
(Jezero u grlu)
No existe el lago, pero tu continuamente blandes los remos
por la superficie del agua para que la proa de tu bote
vaya hacia adelante.
No hay viento, no hay ni un cambio,
el lago se volvió silencio,
el silencio se transformó en un pájaro que vuela sin objeto.
No hay ni un pájaro.
No hay ni silencio. Aquí no hay nada.
El sonido se ha separado de las cosas,
los ojos de los muertos se riegan por el agua.
De repente el grito del pato salvaje
busca el camino a través del silencio,
te abre el lago en la garganta…
Escuchas en el eco de las alas y la espuma,
ja, jo, jo, ja… jo, jo, ja, jo…
es que tu corazón huye y jadea entre las gotas de sangre,
se oye, sin parar.
ANDAR DE LADO
(Hodati po strani)
No pertenecer. Andar de lado hasta que los zapatos lo soporten.
Vivir en la periferia donde habitan los claros
entre el cielo y la tierra.
Donde en el alba se espera el sol,
y la mañana se apoya
en las laderas de las cumbres nevadas en la lejanía.
No pertenecer. No tener miedo, pero tampoco desear.
Mantener el brillo de la nieve y no sentirlo.
La nieve puede enviar la luz
que atraviesa la distancia entre el cuerpo y el alma.
Encontrar el refugio en la nieve, la casa, el fin del camino.
Es suficiente quedarse despierto junto a la luz prendida
hasta tarde en la noche.
Callar, callar largo tiempo estando sentado en silencio,
pasando los dedos por las gastadas páginas del libro.
Andar de lado, allá donde se pierden las huellas,
alrededor del gran charco en el tiempo.
EL POEMA
(Pjesma)
El poema me rechaza, solamente quedó la lejanía
entre el primero y el último verso.
Me asusta con su placer, con su sonido, con su eco,
con su libertad excesiva.
Perdió totalmente el cuerpo y la frase, y ahora me mira
con la mirada que se hace vacía. No se puede saciar,
desea aquello que no he logrado encontrar en las palabras.
Lo atraen las montañas, el cielo, el trueno, el viento,
aquí está y el silencio que susurra del otro lado,
y la hierba que ha crecido en su vida original.
DOLOR EN LOS OJOS
(Bol u očima)
Tengo que consolarme por aquello que no pude ver,
como y esta noche y sus ojos húmedos,
por la lluvia muerta que dejó de caer hace tiempo.
Consolarme con lo que viví, busqué,
apretar esta mano después de haber tirado cada piedra.
Entré al número que se multiplica y divide,
al espacio que se cierra, oscurece
si no lo miro directamente a los ojos.
No sé si ésta es la alegría que está conmigo
desde el mismo principio, el momento de hacer la paz con las cosas
o refresco del cansado dolor en los ojos.
LEJANİA
(Daljina)
Una vez mientras viajaba en tren, con el deseo de regresar
de donde había partido, me faltó la cercanía,
siempre aspiré al regreso, al principio. Ahora, en la falta
del lugar de donde partí, mis vivencias
cambiaron, ahora quiero la lejanía
que nunca he visitado,
paso las páginas del atlas
y con los dedos marco el lugar donde desearía estar.
Ábrete, lejanía, digo, porque pronto llegaré,
¿quién sabe a dónde y cómo?
LAS CORNEJAS
(Vrane)
Regresó lo sucedido, imperceptible como ocurrió,
de repente volaron de nuevo aquellas dos cornejas,
que vivían apareadas en los árboles, no lejos de nuestra casa.
Mi padre no podía soportar sus graznidos,
los asustaba extendiendo los brazos.
Me había olvidado completamente de ellas hasta este momento,
hasta que no vine a la tumba de mi padre
y vi como sobrevolaban los árboles; reconocieron el lugar
y no graznaban, en silencio giraban en círculo,
apenas lo bastante para rozarme con la mirada,
evocando lo ocurrido.
EL LIBRO NO LEÍDO
(Nepročitana knjiga)
Algo me inunda, una sospecha de alegría
del libro que todavía no he leído, busco
que podría ser, compruebo cada palabra.
Leo, hojeo las páginas como si hubiese perdido algo
entre sus frases.
¿Dónde desapareció? ¿Dónde se escondió?
Sigo leyendo cuidadosamente, lo busco, pero no lo encuentro.
Evidentemente no quiso revelarse allá donde lo he buscado,
se retiró aún más en lo invisible
como si supiera mi intención,
mi deseo de descubrirlo.
Y ahora me mantiene en la duda si en realidad ha existido
o sólo bromeaba conmigo.
Me detengo en las últimas palabras del libro,
y miro si en ellas hay regocijo
porque se encontraron una cerca de la otra
como se encuentran la hierba y la tierra
o es diferente aquí
cuando unas sólo entran y las otras salen de la frase.
Cierro el libro, y no lo leo.
EL DOBLE
(Dvojnik)
Hace mucho tiempo que entre nosotros se encuentra alguien,
y nosotros no sabemos quien.
Parece que haya llegado de aquel lado
del que siempre callamos,
y pensábamos que no había nadie.
Conoce todos nuestros secretos.
Nunca deja pasar ni un momento
sin demostrar su propia ausencia.
Hasta él no se llega porque no existe la distancia
que habría que pasar,
porque no existe lugar donde encontrarlo.
Él está aquí, y no se lo ve.
Su presión es suave,
Tenue es el cabello de su presencia blanquinegra.
Sus toques son insensibles,
a través de ellos siempre se puede pasar.
Está solo con centenares de sombras.
Su mirada cae sobre todo como la seda.
Todo lo que nos ocurre le pertenece a él
y nosotros, somos al fin, su idea.
INESTABILIDAD
(Nepostojanost)
Las palabras te llegan desde la inestabilidad.
En el vidrio de la inconstancia se reúnen los colores
que se extienden frente a tus ojos,
éste es el vidrio de tu alma en el que vives.
Tu manuscrito se destiñe y se riega por la superficie de papel
de una a más palabras por el silencio
de la inestabilidad.
Si miras o tocas tu rostro,
verás que no lo puedes detener con tu mirada,
porque de tu mirada sólo queda el descampado
de la inestabilidad.
Que se alojó en ti como un árbol nocturno.
Lo que ves, lo que piensas, lo que oyes viene
de su mirada
de su plenitud que te inunda.
No sabes si lo has heredado
o si naciste con ella,
no sabes ni el lugar que en ella ocupas
y por qué justamente ella te llena
con su enorme apariencia.
Palabras pronunciadas, escritas, pasadas, actuales,
aquellas que has olvidado
y aquellas otras que nunca se pierden,
que se extienden en sin número de voces, colores,
todas ellas son parte de esa profundidad desconocida, del vacío
frente a tus ojos
que nunca has distinguido, nunca aclarado.
MI PERRO
(Moj pas)
¿Por qué me olvidé de él? Me acordé de tantas otras
cosas de mi pasado, cercanas y lejanas,
importantes e insignificantes, feas y bellas, solamente no me acordé de él,
mi perro, de su fidelidad y lealtad canina.
¿Se nos devuelven tan lentamente la fidelidad y la lealtad,
llegan ellas últimas a nuestra memoria?
¿Tardará mi perro a nuestra cita por mi culpa?
De la antología poética: La captura de las sombras (Hvatanje sjena)
No hay comentarios:
Publicar un comentario