Dana 11. srpnja primila sam tužnu vijest iz Santiaga – umrla je Višnja Milohnic Roje, ugledna liječnica i aktivna članica hrvatske zajednice u Čileu, jedna od malobrojnih osoba u toj zemlji kojima je hrvatski bio materinji jezik. Iza sebe je ostavila sina Andrésa, poznatoga pjesnika i najmlađega čileanskoga akademika.
Višnja je rođena 30. studenoga 1932. (kako je običavala govoriti slučajno) u Beogradu. Njezini otac Mihovil Milohnic i majka Ljubica Roje došli su u Čile kad je imala četrnaest godina jer su morali pobjeći iz Titove Jugoslavije. Odrasla je u Santiagu. Htjela je postati balerina, ali studirala je medicinu. Diplomirala je 1959. godine na Universidad de Chile. Specijalizirala je ginekologiju i porodništvo, a poslijediplomski studij polazila je u Francuskoj, Švedskoj i Engleskoj. Zbog svoje ljepote 1952. proglašena je Kraljicom proljeća. Svirala je glasovir i pisala. Objavila je knjižicu Relámpagos de Cuba (Bljeskovi s Kube). Bila je udana za španjolskoga sveučilišnoga profesora Juana Alberta Moralesa i za Čileanca Roberta Idiaqueza Crignolu, politologa i policijskoga inspektora.
Jako je voljela Hrvatsku i obožavala svojega sina. Pamtim njezinu vedrinu i zarazan smijeh.
Godine 2004. s Andrésom je došla u Zagreb na Simpozij o Pablu Nerudi, a posljednji put sam je vidjela 2005. u Santiagu kad smo predstavljali knjigu Drage Štambuka „El viento de las estrellas oscuras“. Tada smo bili Andrésovi gosti. Bila je presretna što smo kod njih, što može govoriti na hrvatskome i pjevati naše pjesme.
Zbogom, draga Višnja. Hvala Ti za sve lijepe trenutke provedene s Tobom.
Oprostit ću se od Tebe Tvojom pjesmom napisanom na Kubi koja nas još jednom sjedinjuje u velikoj hrvatsko-hispanskoj ljubavi, u ljubavi prema našoj domovini i Čileu koji je prihvatio toliko naših zemljaka:
VIII
Imate li komad sapuna, gospođo?,
upitala me je polako stara crnkinja.
Mrzim se jer imam bijelu put,
jer mirišem na „Zeleni vjetar“ i imam čiste ruke.
I jer nemam sapun.
Obuzima me uspomena na bolan trenutak
kad je jedna podmukla Talijanka
upitala moju majku:
želiš li komad kruha, prljava slavenska useljenice?
Bježim odande
opraštajući se uz suze.
Tišina.
El 11 de julio desde Santiago recibí una triste noticia – murió Visnja Milohnic Roje, destacada médico y activo miembro de la comunidad croata en Chile, una de las pocas personas en ese país cuya lengua materna fue el croata. Detrás de sí dejó a su hijo Andrés, famoso poeta y el más joven académico chileno.
Visnja nació el 30 de noviembre de 1932 (como solía decir – ocacionalmente) en Belgrado. Su padre Mihovil Milohnic y su madre Ljubica Roje llegaron a Chile cuando ella tenía catorce años porque debían que huir de la Yugoslavia de Tito. Creció en Santaigo. Quiso ser bailarina, pero estudió medicina. Se graduó en 1959 en la Universidad de Chile y se especializó en ginecología y obstetricia. Con estudios de postgrado los cursó en Francia, Suecia e Inglaterra. A causa de su belleza, el 1952 fue proclamada la Reina de Primavera. Tocaba el piano y escribía versos. Publicó el librito Relámpagos de Cuba. Estuvo casada con el catedrático español Juan Alberto Morales en primeras nupcias y con el chileno Roberto Idiáquez Crignola, cientista politíco en segundas.
Amaba mucho Croacia y adoraba a su hijo. Recuerdo su alegría y su risa contagiosa. El 2004 con Andrés, quien participó en el Simposio sobre Neruda, vino a Zagreb. Por última vez la vi el 2005 en Santiago cuando promovíamos el libro de Drago Štambuk El viento de las estrellas oscuras. En esta ocasión fuimos invitados de Andrés. Visnja estaba muy feliz por estar donde ellos, por poder hablar en croata y cantar nuestrs canciones.
Adiós, querida Visnja. Gracias por todos los bonitos momentos que pasamos juntas.
Me despediré de ti con un poema tuyo escrito en Cuba que una vez más nos une en el gran amor croata-hispano, en el amor hacia nuestra Patria y hacia Chile que aceptó tantos paisanos nuestros:
VIII
¿Tiene un pedazo de jabón, señora,
me pregunta despacio la vieja negra.
Me odio por tener tez blanca,
oler a “Viento verde” y las manos limpias.
Y no tener jabón.
Me invade el recuerdo del momento doliente
cuando una pérfida italiana
le preguntó a mi madre:
¿quieres un pedazo de pan, sucia inmigrante eslava?
Huyo de allí como antes
sollozando mi desesperado silencio.
Hermosa tu madre, querido Andrés, y sensible, y cuánto te querría amigo lindo. Abrazos desde Valdivia, siempre leyéndote acá.
ResponderEliminarAna Rosa
http://itinerariosparanaufragos.blogspot.com
Hermosa en forma completa,interior y exteriormente.Su vida plena sobreponiéndose a infortunios conmueve y a la vez estimula .
ResponderEliminarY ahora está en las enseñanzas que transmitió a su hijo ,a los que la rodearon,en sus poemas ,algunas pertenencias regalonas,su ejemplo de resciliencia ,estudiando y readaptandose muy lejos de la Patria amada ,con otro idioma,otras costumbres,otros edificos y plantas,y clima.
Y más encima en un Chile más machista que hoy ella estudia ,tal vez una de unas cuantas estudiantes femeninas.
Muchos cariños,querido Andrés